Esta estructura siempre es basada en el esquema anterior que ese ser trae de sus vidas pasadas, con todo el conjunto de experiencias vividas.
También contiene a todas las sensaciones que cada una de las consignas y conductas le producen, sean éstas positivas o negativas.
Todo queda grabado, y forma una especie de red, donde todo se conecta con todo.
Es su base, la base de ese ser, la estructura desde donde va a edificar la vida.
En esta red van a estar contenidas todas sus conciencias, todo lo que el ser conoce, cree y ve.
El individuo se siente cómodo con lo conocido.
Se siente seguro, como en casa.
Hasta existe un dicho que dice :
“Mejor malo conocido que bueno por conocer”.
Esto es porque lo ya transitado, lo que conoce y sabe, no le impone ningún desgaste extra de energía.
En cambio, cuando tiene que aprender a caminar por un nuevo sendero, cuando tiene que producir un cambio, esto le produce un gasto de energía, y, esto a su vez, genera sufrimiento y también dolor.
Debe salir de la especie de letargo que la costumbre le permite, para tener que tomar su voluntad, y utilizarla concientemente para realizar los cambios.
Deber hacer el esfuerzo para abrir una especie de puerta, luego tomar esa energía que estaba guardada, sacarla, y utilizarla para realizar un cambio.
Energéticamente, este cambio implica, no sólo formar algo total o parcialmente nuevo, sino también destruir o modificar lo que ya estaba instalado en su cabeza como esquema o estructura mental.
Beatriz Seibane.
Licenciatura de Chakras.
Estructura Mental.
DINÁMICA ENÉRGETICA.
SU RELACIÓN CON EL SUFRIMIENTO Y EL DOLOR.
Ante el estado de comodidad del que hablábamos antes, el hombre difícilmente se decida a realizar cambios.
Es ante la necesidad de algo, que el ser generalmente toma esta decisión.
En reglas generales, es el sufrimiento o el dolor que le puede implicar esa necesidad, la que lo impulsa a cambiar y a adaptarse a otro tipo de situación.
Cuanto mayor sea la movilización que esa necesidad le provoca, más rápido va a intentar realizar esos cambios.
A veces, estas formas de sufrimientos se pueden manifestar con los disfraces habituales del miedo al cambio, tales como cansancio, depresión, los enojos, la rabia, la angustia o la enfermedad de cualquier tipo.
Esto se puede presentar de esta manera, porque el individuo pudo todavía no haber hecho conciente esa necesidad de cambio, y el impulso interno de esa necesidad, como un río vigoroso, se expresa , buscando la salida por el costado más vulnerable que el ser pudiera tener.
Al hacerlo conciente, el individuo debe enfrentarse a esa nueva forma de accionar, con lo cual, las manifestaciones sustitutas se disuelven, pasando a crear el nuevo tipo de energía o estructura.
Por eso, el individuo debiera comenzar a educar concientemente su sistema mental.
De alguna manera, el pensar y razonar sobre el cambio, ya está provocando una alteración mental y emocional, que lo sacan al individuo del camino pacífico de la costumbre, para llevarlo a realizar las modificaciones que se requieran.
Estas alteraciones son las que producen un gasto extra de energía que luego pudieran producir sensaciones como de “sufrimiento” o “dolor”, denominado así , porque indican un estado opuesto al de la tranquilidad de lo conocido y el ahorro de energía.
Pero el cambio no es un desgaste inútil de energía, sino una inversión de aquélla.
Y una inversión que va a producir grandes dividendos para el individuo que se atreva a invertir en ellas.
Esto es porque cada vez que el ser realiza un cambio, también somete a su cerebro a estos cambios, y sus neuronas modifican sus esquemas sinápticos.
En breve , continuaremos con otros informes sobre este tema.
Beatriz Seibane.
Licenciatura de Chakras.
Estructura Mental.
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